Alejandro Santa, más que un empresario de la música.
Alejandro Santa lleva varios años junto con su equipo de LaMúsica.fm viviendo la experiencia de construir un camino en la música y en la industria de la música, un hombre quien en su visión empresarial ha entendido las dinámicas y roles que debemos asumir los artistas independientes a la hora de empoderarnos de nuestras músicas.
Sin embargo, esto no ha sido suficiente para él; no sólo la búsqueda de entender o comenzar a abrir la brecha de sostenibilidad de Artefacto (banda de rock muy incidente en la Medellín del 2000) lo llevó a estudiar y entender los derechos en la música, sino que también su forma de moverse en ella lo ha llevado a mantener viva la idea de seguir cultivando su esencia artística, dejando de esconderse o proteger sus ideas tras la guitarra, rompiendo sus mismos límites y llegando a una faceta de creador y de songwriter donde se pasa al otro lado del juego y empieza a vivir el reto más grande de su vida: ser su propio caso de éxito, ser su mejor cliente, su mejor artista.
Alejandro Santa, un artista determinado que nos transforma con su nueva canción.
Los que conocen a Alejo saben que es muy inquieto y que su forma de escuchar es activa; siempre anda moviéndose, tocando la guitarra, escuchando a los demás. Entre esas tardes de tertulia e inspiración, En su casa, con su equipo de trabajo, en LaMúsica.fm Alejandro Santa apareció un día con una frase que a todos impactó y que, poco a poco, se convirtió en el mantra que empezó no solo a moverlo a él, sino a darle vida a la idea de lanzar su primera canción. No quiero quejarme más es una determinación. La canción empieza recordando las veces que repetimos nuestros errores y al mismo tiempo la oportunidad en la que se convierten los mismos para transformar las realidades y el cómo estas decisiones dependen de nosotros mismos, de nuestra voluntad.
Soñar y vivir de la música con Alejandro Santa es toda una realidad.
Poco a poco, cada vez que alguien se cruzaba en la vida de Alejandro Santa, salía con la melodía de su canción, cantándola, silbándola, pero siempre tocado por su idea de ser artista, por verlo con su impulso y determinación parado sobre los cuarenta años, mostrando a todos que nunca se deja de soñar y que llegar a puntos maduros de nuestras vidas también es la posibilidad de darle un espacio más tangible y real a nuestras creaciones; que soñar cuando se avanza en la vida potencia nuestras sensibilidades y que cuando enlazamos nuestros sueños con los de los demás su crecimiento y realidad son infinitos.
Ya van siete meses de su lanzamiento, Alejandro Santa ya nació digitalmente y anda aprendiendo, adquiriendo hábitos digitales. No crean que porque maneja una empresa de marketing, Alejo logra todo de una; para él también es un proceso comprenderse como artista en esta era digital. Sin embargo, en este poco tiempo ha lanzado su video musical, ha sido sincronizado en dos novelas de la tv colombiana (“El man es germán” y “Manual para ser feliz”), ha promovido su canción en charlas y eventos privados, donde su lado empresarial saca al artista que a todos nos habita y humaniza también al Alejandro Santa que nos enseña a vivir de la música.